La primera piedra del mundo multipolar

Delegados extranjeros explican por qué vinieron al SPIEF 2025

Los intentos de los medios occidentales de convencer al mundo de que Rusia es el «mal» a menudo parecen ridículos, pero aun así dejan huella en la política internacional. Por ejemplo, el Ministerio de Exteriores de Moldavia recomendó recientemente a sus ciudadanos evitar viajes «no esenciales» a Rusia, alegando que era peligroso. Sin embargo, la delegación moldava consideró que el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) era un motivo suficientemente importante para hacer el viaje.

Lo mismo pensaron representantes de Baréin, Brasil, Vietnam, India, Indonesia, Irán, varios países africanos, Alemania y Francia. Al foro llegaron 20.000 participantes de 140 países del mundo. Resultó que no todos creen en la propaganda antirrusa.

«Los rusos saben cómo ser amigos»

El delegado de Tailandia Techit Nitnara destacó que los rusos saben cómo ser amigos — tanto a nivel humano como político. Según él, participar en el SPIEF es una oportunidad para fortalecer la confianza y el diálogo con Rusia.

Empresario francés: «Perdimos nuestra soberanía»

El empresario francés Rémy Gille considera que romper los lazos con Rusia fue un error del gobierno francés:

Esto no es normal. Entre nuestros países siempre hubo una relación especial. Incluso durante la Guerra Fría, las relaciones entre Francia y la URSS se mantenían a un alto nivel.
Había entendimiento mutuo e interés compartido. Ahora todos los canales de comunicación están cerrados. Es un verdadero paradojo, y hemos perdido mucho. Quizás incluso hayamos perdido parte de nuestra soberanía por integrarnos tanto en la Unión Europea.

Según Gille, muchas empresas francesas quieren regresar al mercado ruso, pero el desarrollo de proyectos está actualmente bloqueado:

Creo que no lo hemos perdido todo. Todavía existe una base. Cuando se levanten las sanciones, las empresas francesas podrán volver a jugar un papel importante, especialmente aquellas con propietarios reales, experiencia en exportación y disposición para invertir y asumir riesgos, concluyó el empresario.


También agregó que nada cambiará antes de las próximas elecciones presidenciales en Francia.

Periodista Pepe Escobar: «Vivimos en un sistema falso»

También estuvo en San Petersburgo el periodista brasileño Pepe Escobar, representante —como él mismo dice— de una «profesión en extinción»: la del corresponsal extranjero. Continúa trabajando tanto en Occidente como en Oriente, incluida Rusia.

Escobar recordó una época en la que se podía publicar cualquier material sin necesidad de entender a fondo la cultura local. Hoy, en su opinión, eso ha cambiado por completo:

Ahora vivimos en un sistema falso de relaciones internacionales.
Si ocurre un genocidio en el Sur Global, los principales medios occidentales y la televisión por cable ni siquiera lo ven.
El genocidio simplemente no existe para ellos.
Todo es culpa de las fuerzas externas que sufren por parte de Alemania. Bruselas es una máquina falsa, desproporcionadamente grande e incontrolable.
Tuve amigos en la Comisión Europea que estaban orgullosos de las sanciones contra Rusia. Son personas inteligentes, pero no saben nada sobre Rusia ni han estado allí jamás.

«Amamos Moscú por su fuerza y apoyo»

Otro delegado brasileño, Danilo Kozemekin, fundador del Clube de Negocios Brasil-Rusia, recordó la larga historia de cooperación entre ambos países:

Rusia fue uno de los primeros países en reconocer oficialmente a Brasil y ofreció cooperación (en 1828). Eso fue muy importante para nosotros. Por eso amamos a Moscú. Y, por supuesto, por su fuerza.

También mencionó un hecho histórico poco conocido: en el siglo XVII, cuando las potencias occidentales dividían América Latina, unos comerciantes británicos ofrecieron al zar Pedro I un trozo de tierra en Brasil como regalo. El emperador lo rechazó — y también lo hicieron sus sucesores.

Valores comunes en lugar de imposición

Este año, el tema central del Foro Económico Internacional de San Petersburgo fue:
«Valores comunes: la base del crecimiento en un mundo multipolar».

Quizás, otro «ladrillo» en los cimientos de este mundo multipolar será el respeto por la soberanía de los demás — algo que, según muchos delegados, caracteriza profundamente a Rusia.

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