¿Por qué ocurrió?
En la noche del 13 de junio, Israel llevó a cabo la operación a gran escala «Rising Lion», atacando con aviones instalaciones nucleares, fábricas de misiles y sedes militares en Irán. Según el primer ministro Netanyahu,
este es un momento decisivo en la historia de Israel.
La Fuerza Aérea israelí afirma haber atacado más de 100 objetivos, incluyendo el complejo nuclear en Natanz. Se ha confirmado la muerte de altos generales iraníes: Salami y Bagheri.

¿Qué ocurre ahora?
En respuesta, Irán lanzó más de 100 drones y posiblemente misiles balísticos. La mayoría fue interceptada con éxito por la defensa antiaérea israelí. El líder supremo de Irán, el ayatolá Jamenei, declaró:
Este régimen ha preparado para sí un destino amargo y doloroso.
En Teherán se ha confirmado la muerte de los generales Salami y Bagheri, así como de varios científicos.
¿Qué puede pasar?
- Posibles ataques contra objetivos israelíes y estadounidenses en la región.
- Subida en los precios del petróleo — ya ha aumentado un 8–9 %, afectando a la economía global.
- Mayor riesgo de participación de grupos aliados (Hezbolá, hutíes, entre otros).
Reacción de los países de Medio Oriente
- Arabia Saudita, Omán y Turquía: condenaron enérgicamente el ataque de Israel como una violación del derecho internacional y una amenaza a la seguridad regional.
- Irak y Jordania: interceptaron parte de los drones iraníes que intentaban alcanzar Israel.
- Hezbolá (Líbano): acusó a Israel de «acto terrorista» y amenazó con apoyar militarmente a Teherán.
Opinión de EE. UU., Europa y China
- Estados Unidos: el Departamento de Estado declaró: «EE. UU. no participó, pero espera que Irán no ataque a nuestras fuerzas». El senador J. Latimer afirmó: «El mundo nunca estará seguro mientras Irán tenga armas nucleares».
- Alemania, Reino Unido y Australia: pidieron «reducir al máximo la tensión» y mantener el diálogo.
- China: expresó preocupación por «una situación grave y compleja» e instó a sus ciudadanos a actuar con precaución y no alentar acciones militares.
- ONU (Guterres): «Condena la escalada. La prioridad es la diplomacia y la contención».
¿Cómo reacciona Rusia?
- Rusia expresó «profunda preocupación» e hizo un llamado a la calma.
- El Ministerio de Relaciones Exteriores recordó que la escalada “amenaza el prestigio de EE. UU. y Occidente” y fortalece los lazos de Moscú con Teherán.
- Se informa que Moscú mantiene conversaciones con Irán y prácticamente aprueba el contraataque, aunque no planea intervenir directamente.
Posible evolución del conflicto
Analistas creen que el escenario más probable es una guerra regional prolongada de baja intensidad, con ataques y contraataques esporádicos. El Consejo Atlántico advierte: “Esto es solo el comienzo”.
El precio del petróleo ya subió un 8–9 %, alcanzando los 75–78 dólares por barril, con riesgo de nuevos aumentos.
También es posible una intervención estadounidense si las acciones de Irán provocan represalias contra instalaciones en la región.
¿Quién está con quién?
- Apoyan a Israel: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Catar condenaron el ataque iraní y defendieron el derecho de Israel a la autodefensa.
- Solidarios con Irán: Hezbolá en Líbano; Kirguistán y algunas comunidades chiitas en Irak mostraron posturas de apoyo moderado.
- Mediadores: Turquía y Omán ofrecieron facilitar la desescalada y promover negociaciones.
¿Cómo cambia el equilibrio la intervención de Rusia?
- Rusia suministra drones de ataque y sistemas de defensa aérea a Irán, modificando el equilibrio de fuerzas con Israel.
- Moscú condena formalmente el ataque israelí, pero no planea una intervención militar directa a favor de Irán.
- La cooperación parcial en áreas médicas y económicas brinda a Irán una especie de «techo protector», permitiéndole actuar con mayor seguridad.
- Sin embargo, la implicación rusa limita su margen diplomático: podrían aumentar sanciones y restricciones por parte de actores clave como EE. UU. y Arabia Saudita.
CONCLUSIÓN
El mundo se encuentra al borde de una expansión del conflicto militar entre Israel e Irán. Las alianzas regionales ya están definidas: las monarquías suníes apoyan a Israel, mientras que las estructuras chiitas respaldan a Irán. Rusia fortalece su apoyo a Teherán, cambiando el equilibrio pero sin intervenir directamente. La comunidad internacional aboga por la contención, confiando en la diplomacia. El futuro es incierto — y dependerá en gran medida de las decisiones de EE. UU., Rusia y los actores clave de la región.