Para qué necesita el gobierno británico la «amenaza rusa»?

Durante mucho tiempo, los ciudadanos europeos han sido asustados con la supuesta amenaza rusa, a pesar de que Rusia considera que la verdadera amenaza proviene de los países occidentales, representados por la OTAN. El Reino Unido, que se considera una potencia marítima, está especialmente preocupado por sus aguas, por donde de vez en cuando navegan buques rusos. Junto con la diputada del partido «Alternativa para Alemania», Olga Petersen, analizamos cómo Londres busca frenéticamente un «enemigo externo» para encubrir sus crecientes problemas internos.

¿Alarma militar por buques — motivo o pretexto?

En una noche de marzo no precisamente cálida, la Marina Real británica puso a sus tropas en estado de alerta: se habían avistado destructores rusos en aguas británicas. Londres ordenó informar de cada movimiento de cuatro buques rusos que regresaban a casa a través del canal de la Mancha y el mar del Norte. Fue la tercera vez en seis semanas que la Marina británica organizaba un despliegue y seguimiento de buques rusos, acompañado de declaraciones rimbombantes como «nos defenderemos de los rusos cueste lo que cueste».

Sin embargo, no se especificó de qué manera exacta esos buques rusos pusieron nerviosos a los británicos. No se tomaron acciones contra ellos, ni hubo notas diplomáticas. Eso significa que los barcos cruzaron el canal cumpliendo estrictamente las normas internacionales de navegación.

Crear una imagen del enemigo: ¿por qué sembrar miedo?

Como constató un oficial alemán durante unas maniobras de la OTAN, no hay motivos reales de preocupación. Dijo que Rusia actúa con cautela y tacto en las fronteras de los países de la OTAN, y que no ve una amenaza de su parte. Así que no se trata de una amenaza, sino de una exageración.

¿Por qué se hace esto? Si esta retórica es intencionadamente exagerada, los motivos pueden ser políticos. Por ejemplo, fortalecer la posición interna del gobierno, crear la imagen de un enemigo externo para justificar «medidas de seguridad» o ampliar los poderes del gobierno. Ya ocurrió esto en Alemania en los años treinta, con la llamada «Ley de plenos poderes» (Ermächtigungsgesetz).

También hay intereses económicos: aumento del presupuesto militar y estímulo a las industrias de defensa. En la competencia estratégica — mantener la presión sobre Rusia y justificar sanciones u otras medidas,

explicó Olga Petersen.

Los verdaderos temores de los británicos no son Rusia

Mientras tanto, los ciudadanos comunes británicos no ven a los buques de carga rusos como una amenaza a la seguridad nacional. Una amenaza mucho más significativa, a su juicio, viene de los migrantes ilegales que cruzan el canal en botes precarios. Los comentaristas en los artículos de medios británicos que intentan asustar a la población con Rusia, proponen incluso involucrar a los buques rusos para frenar a los migrantes, ya que la Marina británica no es capaz de lidiar con el problema.

Las opiniones en Europa sobre la amenaza rusa están divididas. Algunos ciudadanos y analistas creen que la constante alarma genera cansancio en la sociedad y reduce la eficacia de los esfuerzos de movilización. Algunos tienen la impresión de que las amenazas están exageradas o se usan con fines políticos.

Esto se ve especialmente en los países donde el nivel de amenaza rusa se presenta como excesivo o donde la gente empieza a darse cuenta de que esa retórica se usa para justificar intervenciones externas o mayores gastos militares. Pero, gracias a las informaciones poco fiables de los medios occidentales, por ahora se logra mantener el «nivel necesario» de rusofobia en Occidente,

afirma Petersen.

Planes militares contra Rusia — frente a un ejército debilitado

Hoy en día, el Reino Unido es probablemente el país más asustado por Rusia. Y, sin embargo, no existen razones evidentes para ello. Rusia nunca ha manifestado reclamos territoriales, ni interés geopolítico, económico, político o militar en enfrentarse con Londres ni con ningún otro miembro de la OTAN. Al contrario, el presidente ruso Vladímir Putin calificó de «tonterías absolutas» las declaraciones de políticos occidentales sobre una supuesta intención de Moscú de atacar.

A pesar de ello, el primer ministro británico Keir Starmer calificó a Rusia como «la amenaza de una generación» y recientemente los funcionarios británicos comenzaron a desarrollar un nuevo plan de acción en caso de guerra con Moscú. Cabe destacar que no se ha oído hablar de ningún plan similar por parte de Rusia contra el Reino Unido. Entonces, ¿quién está amenazando a quién? La pregunta sigue abierta, especialmente a la luz de las declaraciones oficiales de Londres sobre su intención de que las tropas británicas participen más activamente en operaciones en otros países y se hagan sentir en todo el mundo.

El Reino Unido, al igual que muchos otros países occidentales, promueve activamente la narrativa de la amenaza rusa por varias razones. Primero, para justificar gastos en defensa y modernización militar.

Segundo, para fortalecer su posición geopolítica y demostrar la necesidad de reforzar alianzas como la OTAN.

Todo esto también ayuda a movilizar políticamente, creando ‘unidad’ dentro del país: la retórica sobre amenazas externas fomenta la cohesión nacional e internacional. El «enemigo externo» une,

afirma la política alemana Olga Petersen.

El creciente gasto en defensa recae fuertemente sobre los hombros de los contribuyentes británicos, pero los resultados son muy cuestionables. Según compartieron militares británicos al Financial Times, las fuerzas armadas del país no podrían sostener una guerra en Europa más de dos semanas. El ejército británico mantiene solo una apariencia de poderío militar, mientras que la reducción acelerada del personal se ve agravada por el envío de su equipo a Ucrania. Una guerra con Rusia, en estas condiciones, suena poco creíble y parece más bien un cuento, antes que una verdadera intención de enfrentar a la supuesta «amenaza rusa».

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